El tribunal, compuesto por nueve jueces, seis de los cuales son conservadores y tres de ellos nombrados por el propio Tump, resolvió que el exmandatario puede reclamar inmunidad por algunas de las acciones que ejecutó casi al término de su presidencia en enero de 2021.
La conclusión de los magistrados pone un botón de freno y retrasará aún más el caso que involucra a Trump por los cargos federales de subversión electoral por el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, algo que está en línea con la estrategia legal del expresidente.
Un tribunal de apelaciones de Washington DC determinó en febrero que Trump no tenía inmunidad frente al enjuiciamiento penal y de haber continuado ese rumbo los acontecimientos el juicio se realizaría en tiempo breve.
Pero ahora este cierto grado de inmunidad para las acciones “oficiales” abre nuevas interrogantes en el proceso acerca de qué se considera o no dentro de esa categoría.
En abril, durante la audiencia de argumentos orales sobre la inmunidad, los jueces se mostraron escépticos y aunque no iban a desestimar el caso cabe la posibilidad de que todo esto vuelva a los tribunales inferiores, lo cual sería justo la victoria estratégica que necesita.
Para el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, «los tribunales inferiores no hicieron lo suficiente para determinar exactamente lo que es un acto oficial frente a un acto privado”.
Respecto a esto, el magnate anticipó al Supremo que desestimar su demanda de inmunidad “sería el fin de la presidencia como la conocemos”.
Trump tiene una montaña de problemas legales. El 11 de julio será la audiencia de sentencia en Nueva York del juicio penal -primero a un expresidente en la historia de Estados Unidos- donde un jurado lo encontró culpable de 34 cargos vinculados a delitos graves por falsificación de registros comerciales.
Pese a todo, el seguro candidato republicano a las elecciones de noviembre, podría volver a la silla del Despacho Oval en la Casa Blanca.
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