En su primera parada en Uzbekistán, Guterres expresó su agradecimiente al mandatario de esa nación, Shavkat Mirziyoyev, con quien conversó sobre la estabilidad y cooperación en esa zona geográfica.
El titular de Naciones Unidas recibió la Orden Máxima del Premio Dostlik, una alta condecoración que aseguró no merecer aunque la dedicó al personal de Naciones Unidas víctima de la agresión israelí en la Franja de Gaza y otros conflictos en el planeta.
«Me siento más reconfortado cuando pienso en todos mis colegas que están dando sus vidas, casi 200 en Gaza, en otras partes del mundo, para apoyar a los más vulnerables entre los vulnerables y hacer todo lo posible para minimizar el sufrimiento humano en este mundo lleno de conflictos y desastres naturales», dijo al recibir la distinción.
El alto representante advirtió por los desafíos urgentes para la humanidad en medio de profundas divisiones geopolíticas, cambio climático y otros retos que hacen extremadamente frágil la situación global de paz y seguridad.
Sin emabrgo, se mostró optimista al describir un nuevo entorno en Asia Central basado en la cooperación encaminado a la integración.
«Uzbekistán en particular, es mucho más que una encrucijada de civilizaciones: es un centro de civilización», agregó el diplomático portugués al encomiar los aportes y desarrollo de ese país.
El máximo responsable de la ONU viajó el sábado a la región asiática en un periplo que incluye paradas en cinco naciones y la Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS).
De acuerdo con la agenda anunciada, Guterres llegará además a Kirguistán, Kazajstán, Tayikistán y Turkmenistán con un programa centrado en el cambio climático, visitas a comunidades así como encuentros con autoridades del gobierno y activistas con jóvenes.
Además, participará en la OCS, prevista a celebrarse en Astaná, Kazajstán, el 4 de julio.
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