En un comunicado de prensa enfatizó que, “en un momento en el que las necesidades humanitarias son inmensas, es inaceptable que quienes se esfuerzan por ayudar a los afectados sean atacados y asesinados».
Lemarquis se refirió a una agresión perpetrada la noche del 30 de junio al 1 de julio, cuando un grupo de jóvenes no identificados atacaron un convoy que se dirigía de Lubero a Beni, pasando por Butembo, y mataron a dos trabajadores humanitarios.
El personal humanitario y la población civil no son objetivos de los beligerantes, subrayó el coordinador en la RDC y agregó que se les debe garantizar la seguridad y protección. Igualmente demandó que los autores de estas acciones sean identificados y llevados ante la justicia.
De acuerdo con el comunicado emitido este martes, desde principios de año más de 170 incidentes de seguridad han tenido como objetivo directo a los trabajadores humanitarios, causando al menos cuatro muertos y 20 heridos.
Más de una docena de miembros de este personal igualmente fueron secuestrados en la primera mitad de 2024, todo lo cual constituye una grave violación del derecho internacional humanitario, y tiene un impacto devastador en el acceso humanitario y la capacidad de las organizaciones para brindar asistencia vital a las poblaciones necesitadas, apuntó.
Según Radio Okapi, el incidente ocurrió en la aldea de Kavunano, donde personas sin identificar levantaron barricadas para controlar a los usuarios de la vía, ante el avance de los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23) hacia la localidad de Butembo.
Después de un control, decidieron incendiar cinco vehículos y quemar vivos a dos empleados de una organización no gubernamental internacional, mientras que los demás pasajeros escaparon por poco, refirió la fuente.
El administrador del territorio de Lubero, coronel Alain Kiwewa, criticó la actitud de estos jóvenes y pidió no atacar a los trabajadores humanitarios. También llamó la atención sobre la creencia en los rumores, pues culpó a la desinformación de estas acciones tan terribles.
Este tipo de ataques pone en peligro la labor de los trabajadores humanitarios, en un momento en que la provincia de Kivu Norte más lo requiere, debido a la situación de inseguridad y el incremento de los desplazados debido al conflicto.
Desde el 27 de junio, el incremento de la violencia en el territorio de Lubero aumentó los desplazamientos de la población, elevando las necesidades humanitarias en la provincia de Kivu Norte, que ya alberga un total de 2,8 millones de personas refugiadas.
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