“Estamos preparándonos y dispuestos a ayudar tan pronto como llegue la tormenta y antes de que llegue”, aseguró al respecto Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general, António Guterres.
Durante una sesión informativa, el vocero dijo a la prensa que la logística será un desafío dada la dispersión de las islas, las infraestructuras dañadas y la accesibilidad limitada.
No obstante, confirmó que siete agencias del organismo con sede en Granada y nueve en San Vicente y las Granadinas serán reforzadas por equipos de emergencia adicionales de la ONU en los próximos días.
“Los primeros informes que recibimos indican graves daños en viviendas, infraestructura, energía y comunicaciones”, agregó Dujarric al recordar que Beryl es considerado el huracán más fuerte en la historia del Atlántico en el mes de junio.
El fenómeno azotó el sur de las islas de Barlovento, con fuerza de categoría cuatro, golpeó directamente Granada y tuvo importantes repercusiones en San Vicente y las Granadinas, islas pequeñas con poca experiencia en hacer frente a un huracán de esa magnitud.
Beryl podría afectar además con más fuerza en Haití, donde la situación ya es desesperada por la profunda crisis provocada por la violencia y los desplazamientos.
Según la información divulgada por la ONU, sus agencias en ese país permanecen en estrecho contacto con las autoridades haitianas ante la amenaza de fuertes lluvias, vientos y deslizamientos de tierra.
Los departamentos de Sur, Sue-Est y Grand-Anse, todos ellos al sur del país, podrían ser los más afectados en las próximas 24 horas.
En ese escenario, entidades como el Programa Mundial de Alimentos (PMA) se prepara para brindar tras el paso del huracán comidas calientes producidas localmente y distribución de galletas de alto valor energético, seguidas de alimentos y asistencia en efectivo.
El impacto de fenómenos naturales durante la temporada ciclónica podría agravar las condiciones de vida de millones de haitianos que ya están atrapados en una crisis humanitaria compleja, marcada por la violencia, el desplazamiento, la inseguridad alimentaria y el acceso deficiente a los servicios sociales básicos, dijo al respecto la ONU.
Beryl supone una grave amenaza para las comunidades del Caribe tras intensificarse a un ritmo explosivo con categoría cinco y ser el más rápido registrado en el Atlántico, de acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial.
Ese récord establece un precedente alarmante para lo que se espera que sea una temporada de huracanes muy activa con riesgos para toda la cuenca atlántica, y pone de relieve una vez más la necesidad del sistema de alertas tempranas multi riesgo.
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