El legislador aclaró al mismo tiempo que, no se trata de abandonar la OSCE, pues Moscú se reserva la oportunidad de regresar si las condiciones de trabajo de su delegación mejoran, según publicó este martes el rotativo Izvestia.
Dzhabárov recordó que a partir de 2022 se crearon constantemente condiciones que obstaculizaban la participación de representantes rusos: no se les expidieron visas de entrada y se les privó de libertad de expresión.
A su vez, Konstantín Kosachov, otro miembro del Comité de Asuntos Internacionales del Consejo de la Federación, señaló que «el formato de la OSCE fue concebido como una plataforma para la reconciliación y un posible acercamiento de posiciones».
Recientemente, la OSCE ha dejado de ocuparse de cuestiones generales y ha comenzado a intentar imponer la opinión colectiva de Occidente a todos los demás. No fuimos nosotros los que cambiamos, fue la organización la que cambió, fue cambiada desde dentro y de hecho fue destruida, agregó.
Trabajar en una organización así, que ya no es una plataforma para comparar posiciones, para acercarlas, es absolutamente inútil para Rusia», afirmó el senador.
«Si se crean condiciones normales para nuestro trabajo en la Asamblea Parlamentaria de la OSCE, si se nos dan garantías y se establece el principio de consenso en esta organización, es posible una revisión de esta decisión», añadió Kosachov.
El profesor de la Facultad de Política Mundial de la Universidad Estatal de Moscú, Alekséi Fenenko, cree que Rusia avanza hacia una retirada gradual de la OSCE.
Desde 2004, después de las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores, Sergúei Lavrov, de que la OSCE en su capacidad actual no nos conviene, Rusia ha intentado llevar a cabo varias reformas de la organización, pero no pudo conseguir nada, explicó el experto.
De hecho, estamos ante una nueva edición del Consejo Rusia-OTAN. La salida de la Federación de Rusia es, en mi opinión, solo una cuestión de tiempo, añadió Fenenko.
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