El diario destacó que el titular de ese organismo, Ronen Bar, envió una carta al primer ministro Benjamin Netantayu y al titular de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, para alertar sobre el tema.
“La crisis de encarcelamiento construye una verdadera crisis estratégica”, estimó Bar en la misiva, que también recibieron el comandante de la policía Kobi Yacovi y la fiscal general Gali Baharav-Miara.
Afirmó que los centros penitenciarios se convirtieron en una bomba de relojería, que “pueden poner en peligro a funcionarios de alto rango israelíes en el extranjero al exponerlos a los tribunales internacionales”.
En el texto, Ronen criticó a Ben Gvir por aplicar numerosas medidas que dañan las condiciones de vida de los reclusos, incluido la cancelación de las visitas de la Cruz Roja Internacional.
Tras el ataque del 7 de octubre del pasado año, Israel negó a los prisioneros derechos que eran aceptados antes del conflicto, subrayó el funcionario, quien recordó que “las condiciones penitenciarias están bien reguladas en el derecho internacional”.
Conocido por sus posturas antipalestinas y racistas, Ben Gvir provocó la pasada semana un nuevo revuelo al llamar a asesinar de un tiro en la cabeza a detenidos palestinos.
También reclamó la aprobación de un proyecto de ley en la Knesset (Parlamento) que impone la pena capital a quienes “cometen un asesinato por motivos raciales con el objetivo de dañar al Estado de Israel”.
Días antes, el ministro admitió que ordenó la reducción de las raciones de alimentos para los prisioneros, una medida que calificó de disuasión.
“Recibirán los derechos mínimos y la comida mínima, y me aseguraré de que esta política se implemente”, afirmó.
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