Portavoces de los ministerios del del Interior y de Salubridad coincidieron además en reportar “un numero crecido de lesionados”, y de detenidos, sin aportar cifras.
La elección fue ganada con el 56 por ciento de los sufragios por el presidente en ejercicio, Mohamed Ould Ghazouani, más del doble del 22 por ciento registrado por su principal contendiente, Biram Dah Abeid, quien no dudó en calificar los resultados de “golpe de Estado electoral”.
Así, el mandatario, exjefe del Ejército, y aspirante a la reelección, podrá mantenerse en el sillón ejecutivo hasta 2030, a pesar de alegaciones de corrupción y de mal gobierno, aunque varios sectores de la población lo consideran un faro de estabilidad en este país del norte de África, el último en abolir la esclavitud, en 1981. Los disturbios callejeros abarcaron esta ciudad, capital del país, y Kaedi (sur), bastión de la oposición y de la mayoría de raza negra, donde estallaron tan pronto Dah Abeid, quien debe su popularidad a su lucha contra la esclavitud, aseguró que los resultados fueron falsificados y que constituyen un fraude masivo.
Al mediodía de hoy aún es casi tangible el crispamiento político en esta capital lo que lleva a pensar en nuevas erupciones de violencia social y política, a pesar de que el presidente reelecto llamó a la calma y a mantener las protestas y reuniones políticas dentro del marco de las leyes.
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