Es por ello que la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP)y el Ministerio del Interior implementan medidas de seguridad, según divulga el semanario Búsqueda.
Jardines de infantes, escuelas, liceos y locales de la educación tecnológica suelen estar en el foco de la delincuencia.
Roturas de rejas, puertas y ventanas, y robo de tipo tipo de materiales y equipamiento suelen ser frecuentes, suscribió la publicación.
En secundaria la sensación de inseguridad entre los alumnos se extiende desde las afueras de los centros de estudio —incluyendo el trayecto por el barrio y en la entrada del local— hasta en pasillos, patios y salones de clase y baños, según la fuente.
Tal percepción de actividad delictiva en los entornos barriales y en los propios locales educativos ha llevado a reforzar las medidas de seguridad, particularmente en los centros más desprotegidos del área metropolitana, informó la presidenta del Consejo Directivo Central (Codicen) de la ANEP, Virgina Cáceres.
La administración invierte fondos millonarios en la seguridad, sin contar los recursos destinados a reponer lo robado o destrozado.
Entre las acciones en curso está la instalación de cámaras de vigilancia perimetral, dijo Cáceres.
Las pérdidas de los centros educativos no se limitan a robos y daños materiales.
Además, se registran hurtos y delitos violentos, con amenazas y agresiones hacia los profesores y entre los propios alumnos, detalló Búsqueda.
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