La primera ministra Juliana O’Connor-Connolly advirtió que la vigilancia y la preparación son fundamentales para evitar daños severos a la propiedad, la infraestructura y, lo más importante, la pérdida de vidas.
«Las próximas 36 horas requieren que garanticemos que se almacenen suministros de alimentos y medicamentos y que se completen las evaluaciones estructurales de hogares y negocios, es esencial tomar medidas para proteger a las personas mayores, personas con discapacidades médicas y madres embarazadas», instó.
«Nuestro objetivo al inicio de la temporada era asumir una cultura de preparación en las tres islas y esta es nuestra primera prueba real», dijo en alusión a las acciones tomadas por el Centro Nacional de Operaciones de Emergencia que actualmente se encuentra operativo y emitió la alarma para garantizar el proceso de evacuación en zonas con peligro de inundaciones.
Según la última actualización del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, el núcleo de Beryl se ubica a 257 kilómetros al sureste de Gran Caimán, con vientos máximos de 220 km por hora, por lo que sigue siendo un peligroso huracán de categoría 4 aunque se pronostica cierto debilitamiento en los próximos días.
Si bien poco cambió desde el boletín de la tarde, la trayectoria prevista de Beryl indica que tocará tierra mañana en la península de Yucatán, México, que emitió una advertencia de huracán para Cozumel y desde Progreso hasta Campeche.
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