En el capitalino recinto expositivo Fórum Majadas, el mandatario expresó que para muchos de quienes dejan el país en el objetivo de establecerse en otro, la palabra escrita es un vínculo que ancla su espíritu.
El jefe de Estado acercó a los presentes una reflexión de la ensayista local Lucrecia Méndez, a quien el evento reconoce y dijera que “la lectura nos transforma y nos permite adquirir una mirada crítica y abrirnos a voces cercanas, a menudo, a veces, invisibilizadas y silenciadas”.
La posibilidad de escribir y publicar en Guatemala textos sobre el país es algo que debemos celebrar, una actividad que debemos promover y preservar, remarcó Arévalo, de 65 años, sociólogo de profesión.
Consideró que la existencia de Filgua es además una muestra del ímpetu de aquellas personas que se atreven a pensar en grande, aún en las condiciones más adversas.
El igualmente escritor calificó de quijotesca la hazaña de forjar, moldear y difundir el capital narrativo de este territorio centroamericano.
“En una nación donde muchas personas aún hoy no tienen la oportunidad de aprender a leer, donde el tiempo del ocio es limitado, donde hasta muy poco tiempo la represión y el sofocamiento del pensamiento independiente eran la norma”, describió.
Desde el gobierno –aseguró- estamos trabajando arduamente, no sólo para que la democracia, incluido el derecho a expresarnos libremente y a consumir la literatura que nos plazca sea una realidad permanente, sino también para que estos eventos se realicen en la máxima libertad posible.
Asimismo, para que esta sociedad tenga cada vez más lectores, narradores, acotó Arévalo, quien afirmó antes que no es la primera vez que está en la Feria, aunque algunos le trasmitieron que era la primera que un presidente participaba en su apertura.
Felicitó a la Asociación Gremial de Editores, a los organizadores, autores y a los trabajadores de las empresas que intervienen en la cita, “una oportunidad para encontrarnos y conocernos, conversar, reflexionar sobre lo que somos”.
En sus palabras en el acto, detalló que las novelas de Francisco Pérez con frecuencia son una ventana a la realidad política nacional, pasada y contemporánea.
Esta edición, agregó, celebra asimismo el legado y la relevancia del premio Nobel de Literatura Miguel Ángel Asturias, a 50 años de su partida, 125 años de su nacimiento, mientras se alegró que la Filgua se uniera a esa conmemoración.
Esta fiesta de posibilidades para el conocimiento busca desde el 2000 congregar en Guatemala a distintos grupos sociales con el propósito de estimular la lectura y el pensamiento crítico.
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