En el primer semestre del año la producción de electricidad con combustibles fósiles fue de apenas 106,4 GWh.
Resulta una participación de solo 1,6 por ciento en el total, según datos procesados por diario El Observador.
Se trata de los registros más bajos para esta fuente de generación al menos en las últimas dos décadas.
La generación con combustibles fósiles fue hasta inicios de la década pasada una de las principales fuentes de abastecimiento de energía de Uruguay, en un sistema que estaba expuesto a la variabilidad del recurso hídrico y a inestabilidad de los costos, dice el rotativo.
El uso de hidrocarburos fue disminuyendo con el crecimiento de fuentes renovables no convencionales como eólica y solar, y mayor desempeño de la producción hidráulica.
Últimamente las centrales térmicas se emplean mayormente como respaldo en épocas de sequía, como la de principios de 2023.
En ocasiones puntuales también se han encendido para vender energía a países vecinos como Argentina y Brasil.
Por su parte la generación de las represas hidroeléctricas completó el mejor primer semestre de los últimos cinco años.
Los niveles de producción son los más altos para el período enero-junio desde 2019 y fueron algo más del triple en la comparación interanual El gran caudal de lluvias sirvió para que el 51 por ciento de la demanda de energía eléctrica se abasteciera con esta fuente de generación.
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