En medios de prensa del poder ciudadano, la vicemandataria añadió que ese triunfo representó la victoria de las posibilidades de asegurar entre todos la victoria de la democracia.
Cuando oímos hablar a unos cuantos mentecatos, porque eso es lo que son apátridas mentecatos, hablar de Nicaragua, vemos que viven en otro país, el que ellos quisieron a lo largo de la historia como serviles de los imperios, embadurnar, embarrar con odio, pero bueno, el gran poder de Dios no favorece el odio, lo despeja, destierra y derrota, manifestó Murillo.
La alta dirigente sandinista señaló que en Nicaragua caminan siempre llenos de esperanza y dispuestos al bien común y como seres humanos, también sabiendo enfrentar las tentaciones que en el camino se ven.
“Las encrucijadas, los cruces de camino y sabiendo recibir, escuchar la voz de Dios para continuar por la senda que todos en unión fraternal, queremos, necesitamos y merecemos”, subrayó.
Señaló que los enemigos de la paz se pronuncian siempre en contra de los derechos del pueblo nicaragüense y de la justicia que merecen las familias de este país que disfrutan de una vida con derechos, saludable, animada, alegre y laboriosa.
Como somos los nicaragüenses, pueblo grande, cristiano, socialista, solidario, un pueblo de cariño, tradicionalmente armonioso, donde la injerencia extranjera ha favorecido, creado, generado, multiplicado conflicto para que dejemos de ser como somos, pero no lo han logrado, expresó la vicepresidenta. Recordó que Nicaragua está celebrando los triunfos de la cultura de la paz, del cariño y de la fuerza espiritual inmensa que tienen los nicaragüenses, y añadió que caminan siempre llenos de esperanza y dispuestos al bien común.
Y aquí, todos los días nunca rindiéndonos, siempre sabiendo que nos ilumina un sol que no declina y sabemos que ese sol es el padre celestial que siempre está ahí para fortalecernos y frente a las circunstancias difíciles y adversas, darnos la fuerza para trascender, enfatizó.
Argumentó que el odio y el mal se han alejado “y aquí estamos como personas, como seres humanos que sabemos reconocer los momentos ásperos, de dificultad, donde la miseria humana se ha impuesto, momentos donde los miserables han creído derrotar las almas fuertes, pero todos sabemos que ni pudieron ni podrán», enfatizó.
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