En entrevista con Radio Okapi, Muyaya comentó que esperaban que esta medida permitiera a los desplazados regresar a sus entornos de vida, además de posibilitar el acceso sin obstáculos de los trabajadores humanitarios, para asistir a las poblaciones afectadas por el conflicto en el este del país.
Remarcó que la RDC cuenta con la vigilancia de las Fuerzas Armadas y el compromiso del gobierno estadounidense sobre la eficacia del cumplimiento de esta medida por parte de Ruanda.
El portavoz acusó nuevamente a ese país vecino de agredir el territorio congoleño y de bloquear el proceso de paz conocido como Proceso de Luanda, con el propósito de continuar su “trabajo sucio de saqueo de riquezas” en el este de la RDC.
Añadió que “este es un primer paso de una serie de acciones que seguirán, en particular, a la presión sobre Ruanda para que pueda retirar sus tropas de la República Democrática del Congo”, afirmó Muyaya al medio congoleño.
El Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos anunció una tregua humanitaria de dos semanas entre las Fuerzas Armadas de la RDC y los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23), que comenzaría este viernes.
El objetivo es facilitar el regreso de los desplazados por el conflicto en la provincia de Kivu Norte a sus comunidades, además de permitir el acceso de los trabajadores humanitarios.
El deterioro de la situación en ese territorio se hizo mucho más grave luego de la toma de varias ciudades y poblados por el M23, lo que motivó masivos desplazamientos en una provincia que ya albergaba casi tres millones de refugiados internos.
La pausa en las confrontaciones compromete a las partes en el conflicto a silenciar sus armas y según el comunicado está respaldada por el Gobierno de Ruanda, país que brinda apoyo a los rebeldes del M23.
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