De acuerdo con el texto, los migrantes procedentes de África enfrentan extremas formas de violencia, explotación y muerte en el mar y en la tierra junto a otros peligros poco denunciados, que impactan en particular a poblaciones vulnerables.
El reporte, titulado En este viaje, a nadie le importa si vives o mueres, asegura que las cifras de víctimas fatales de enero a mayo en el cruce hacia Islas Canarias por el Atlántico representan un 700 por ciento en comparación con el mismo período del año pasado.
“Sabemos, aunque no disponemos de cifras totalmente precisas (…), que muchas otras personas mueren en las rutas terrestres, hasta la costa mediterránea, posiblemente incluso más que en el mar”, reconoció al respecto Bram Frouws, director del Centro de Migración Mixta (MMC).
Elaborado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el MMC, el documento pide más acción de las autoridades fronterizas para proteger a los desplazados.
De acuerdo con ambas agencias, la ruta migratoria del Mediterráneo central también se confirma como una de las más mortales del mundo con un número muy elevado de personas embarcadas en viajes peligrosos.
Obviamente, hay mucha gente que no elige desplazarse, sino que se ve obligada a hacerlo debido a conflictos políticos y la inestabilidad, considera además el informe. El reporte reconoce factores de expulsión como el deterioro de la situación en los países de origen y de acogida -como los nuevos conflictos en el Sahel y Sudán-, el impacto devastador del cambio climático y los desastres en emergencias en el este y el Cuerno de África, así como el racismo y la xenofobia.
En toda la ruta del Mediterráneo central prevalecen enormes lagunas en materia de protección y asistencia, lo que empuja a los refugiados y migrantes a emprender viajes peligrosos, agrega el texto.
En ese sentido, considera insuficiente los esfuerzos actuales para exigir responsabilidades por los abusos y peligros que sufren los migrantes y los refugiados.
El informe señala a los grupos criminales y traficantes como responsables de situaciones terribles al tiempo que advierte también sobre la actuación de funcionarios estatales, como la policía, los militares y los guardias fronterizos.
“En este momento, gran parte de esto está sucediendo en una situación de casi total impunidad”, dijo Frouws al mencionar entre otros abusos a la tortura, violencia física, detención arbitraria, muerte, secuestro para pedir rescate, violencia y explotación sexual.
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