La inflación también se ubicaría dentro de la meta planificada, aunque existen al menos dos riesgos importantes para el crecimiento que impactarían en el nivel general de los precios en los próximos seis meses, subrayó el experto.
Consideró una baja en las exportaciones que podría agravarse por los problemas asociados a los puertos y a las interrupciones de locomoción en las carreteras provocadas por las lluvias desde inicios de junio último.
En segundo término, explicó, la posibilidad de un aumento de precios de los alimentos, sobre todo los provenientes de la agricultura, a causa del retraso del invierno.
Luego, agregó, los daños ocasionados por las intensas precipitaciones, lo cual agravaría la escasa velocidad de respuesta gubernamental.
“El índice de confianza de la actividad económica, de alguna manera, empieza a reflejar esta situación, ya que prácticamente muestra un estancamiento a junio”, señaló Recinos.
Ante tal panorama, llamó a prestarle atención a la inflación, las exportaciones, el índice de confianza de la actividad económica y el ingreso de remesas familiares.
“Estos dos últimos factores porque tienen implicaciones importantes para la actividad económica a nivel mundial, incluyendo a Guatemala”, enfatizó el expresidente de Banguat.
Datos oficiales de esta institución financiera indicaron que el incremento estimado como escenario central para el presente año sigue siendo 3,7 por ciento.
Evidenciaron una ampliación de la producción de 3,8 por ciento en abril (último dato disponible) y entre enero y ese mes 3,5, lo cual –según Banguat- es congruente con la subida esperada para fin de año.
Las remesas al cierre de mayo registraron una progresión del siete por ciento, y aunque mantienen una desaceleración, se anticipa que en 2024 el país recibiría unos 21 mil 685 millones de dólares.
La economía de Guatemala cerró el pasado período anual con un crecimiento de 3,5 por ciento de su producto interno bruto, menor al 4,1 del 2022 y al ocho por ciento de 2021.
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