«Muy feliz con la demostración de grandeza y madurez de las fuerzas políticas de Francia que se unieron contra el extremismo en las elecciones legislativas», escribió Lula en la red social X.
Señaló que «este resultado, así como la victoria del partido laborista en el Reino Unido, refuerza la importancia del diálogo entre los segmentos progresistas en defensa de la democracia y la justicia social. Deben servir de inspiración para Sudamérica», refirió.
Aliados del fundador del Partido de los Trabajadores comentaron al portal G1 que el escenario francés también pasa un mensaje en sentido casi inverso al gigante sudamericano.
Si los parlamentarios de centro en Francia cedieron espacio y se aliaron a la izquierda para formar un «cordón sanitario» capaz de barrar la extrema derecha, en Brasil hay posibilidades de que ocurra lo contrario, alegaron.
Es decir, «una posible alianza del Centrão (tendencia centro) con la extrema derecha en las próximas elecciones».
Por eso, según estos adeptos, el Gobierno de Lula necesita acercarse al Centrão para evitar un ascenso de la extrema derecha en el país.
Grupo, por cierto, apunta el sitio, que puede mostrar fuerza en las elecciones municipales de octubre.
Según datos oficiales de los comicios legislativos en Francia, el Nuevo Frente Popular que integran los partidos de izquierda encabeza con 184 diputados a las fuerzas políticas representadas en la Asamblea Nacional.
De acuerdo con el Ministerio del Interior, detrás del bloque de insumisos, socialistas, ecologistas y comunistas se sitúa en la Cámara baja el oficialista Juntos, formado por el partido gobernante Renacimiento y sus aliados, con 166 escaños, más lejos aún de la mayoría absoluta, fijada en 289 de los 577 curules en el Palacio Borbón.
Relegada a la tercera plaza quedó en el hemiciclo Agrupación Nacional (RN), organización identificada con la extrema derecha gala que alcanzó 143 diputados, muchos menos de los que aspiraba a conseguir para gobernar el país europeo.
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