El reporte Perspectivas de la Población Mundial de este año advirtió un rápido crecimiento demográfico en algunos lugares y un rápido envejecimiento en otros, lo que hace que los datos confiables sean más importantes que nunca.
La publicación, a propósito del Día Mundial de la Población, asegura que las tasas generales de fertilidad del mundo disminuyen, y provocan que las mujeres tengan un hijo menos en promedio que en 1990.
En más de la mitad de los países y territorios, la media de nacidos vivos por mujer es inferior a 2,1, el índice necesario para que una población mantenga un tamaño constante.
El informe prevé que la población actual crezca otros dos mil millones en los próximos 60 años y alcance un máximo de alrededor de 10 mil 300 millones a mediados de la década de 2080.
No obstante, estima que casi una quinta parte de los países y territorios, incluidos China, Italia, la República de Corea y España, tienen ahora una fecundidad ultra baja con menos de 1,4 nacimientos vivos por mujer a lo largo de su vida.
En lugares como China, Alemania, Japón, Rusia, y otros 59 naciones o territorios, el tamaño de la población alcanzó su punto máximo, por lo que la cantidad de habitantes podría disminuir un 14 por ciento en los próximos treinta años.
En cuanto a la edad media de la población, el reporte avizora que para el año 2070 el número de personas de 65 años o más superará el número de personas menores de 18 años como consecuencia del aumento general de la esperanza de vida y la disminución de las tasas de mortalidad en las últimas tres décadas.
Para 2050, más de la mitad de todas las muertes mundiales se producirán a los 80 años o más, un aumento sustancial respecto a 17 por ciento en 1995, y consecuencia de los mismos factores.
De acuerdo con el reporte, aunque el lento crecimiento o disminución de la población se produce principalmente en los países de ingresos altos, el rápido crecimiento demográfico se producirá en de ingresos bajos o medianos bajos.
Los estudios proyectan un crecimiento muy rápido en naciones como Angola, la República Centroafricana, la República Democrática del Congo, Níger y Somalia, donde el número de habitantes podría duplicarse entre 2024 y 2054.
Este crecimiento demográfico aumentará la demanda de recursos, especialmente en el África subsahariana y el sur de Asia y, combinado con una urbanización mal gestionada y un aumento de los niveles de vida, empeorará los impactos ambientales.
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