Aunque el portavoz personal del mandatario limitó el anuncio a la hora de difusión del discurso presidencial y se abstuvo de mencionar el tema, es obvio que abarcará la situación nacional, preñada de turbulencias y marcada por la incertidumbre del curso de los acontecimientos.
Varias semanas de protestas callejeras, movilizadas a través de las redes sociales por desconocidos identificados solo como “jóvenes activistas” y “generación Z” tienen contra la pared al gobierno de Ruto, quien hizo concesiones, para aplacar las ánimos, pero sin resultados prácticos.
Sin embargo, a fines de la semana pasada los patrocinadores de las marchas populares pausaron el movimiento, caracterizado de pacífico, después que desconocidos, identificados como “criminales pagados por políticos para promover sus objetivos” intentaron sin éxito asaltar la sede del parlamento.
Las protestas contra la legislación, aprobada por el Poder Legislativo, pero suspendida por el presidente, dejaron decenas de muertos, un número superior de heridos y centenares de detenidos.
El movimiento contestatario estalló en demada de la derogación de la legislación propuesta por el mandatario, la cual incluye aumento del impuesto al pan y la creación de otros gravámenes, entre ellos uno por la posesión de vehículos.
La primera concesión presidencial fue eliminar ambas imposiciones, pero resultaron insuficientes, al igual que inefectivos los llamados a entablar un diálogo y, después, la retirada de la ley.
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