La empresa canadiense-estadounidense que controla, junto a la también norteña GeneraPR, la energía eléctrica de Puerto Rico, gastó la astronómica suma cuando hace unas dos décadas el traslado del equipo desde California solo costó un millón de dólares.
Los residentes de Coamo, Aibonito y Santa Isabel atraviesan por un calvario desde principios de junio, cuando la inestabilidad en el servicio y los apagones comenzaron a dañar los electrodomésticos en los pequeños negocios.
Los residentes de Coamo pidieron que LUMA Energy se vaya de Puerto Rico, a lo que sus ejecutivos se resisten, en momento en que se proponen transportar otro transformador desde el municipio de Maunabo (sureste), que se desconoce si funciona.
El aparato que LUMA Energy instaló en la subestación de Santa Isabel, luego de una travesía por mar y tierra desde Caguas, en la región centro oriental, no podrá entrar en servicio tras un “problema interno”, reconoció este jueves el consorcio energético en una audiencia de la Cámara de Representantes de Puerto Rico.
“El servicio de los clientes de la zona no se verá afectado durante las próximas cuatro a seis semanas mientras se instale y se le hagan pruebas de seguridad y confiabilidad al transformador de reemplazo”, dijeron los representantes de la empresa en la vista pública.
Esto, a pesar de que desde el fallo de la subestación de Santa Isabel, sobre diez mil abonados de este municipio, así como de Aibonito y Coamo, han estado padeciendo de inestabilidad.
LUMA Energy aseguró en declaraciones escritas que “seguiremos trabajando en la reconstrucción de las líneas 100 y 200, que aumentan la confiabilidad del servicio de los clientes de la zona”.
Mientras, el director de la Autoridad para las Alianzas Públicos Privadas, Fermín Fontanés, y el presidente del Negociado de Energía de Puerto Rico (NEPR), Edison Avilés, exigieron “inmediatez” a LUMA Energy.
Además, adelantaron que la falla del transformador de reemplazo se investigará como parte de la pesquisa que el organismo regulador ordenó en junio.
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