El vicetitular de Asuntos Exteriores calificó la decisión de Washington y Berlín como perjudicial para la seguridad nacional de Rusia, independientemente de que vayan a más en el futuro o se reduzcan a la nada los chances de una negociación sobre el control de armas.
Para Riabkov, la decisión sobre el despliegue de misiles de largo alcance es «un eslabón de la política de escalada, un elemento de intimidación que, hoy en día, casi se convierte en el componente fundamental de la política de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Estados Unidos en relación con Rusia».
El diplomático aseguró que Moscú definirá el carácter de su respuesta «en una clave tranquila, profesional» y los militares, sin duda, ya están trabajando con ese informe, añadió.
Este miércoles se anunció que Washington procederá al despliegue de potencia de fuego de largo alcance en Alemania en 2026, para una presencia duradera.
Según la comunicación, ese arsenal incluirá los misiles SM-6, Tomahawk y armas hipersónicas, que tienen un alcance significativamente mayor que los misiles estacionados actualmente en Europa, según una declaración conjunta emitida por los gobiernos de ambos países.
De acuerdo con el propósito, Estados Unidos busca mostrar de esta manera su compromiso con la OTAN y su contribución a la disuasión integrada en Europa.
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