Hizo la declaración tras participar en un evento sobre desarrollo económico y productivo en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), en la localidad de Pichari de la región andino-selvática de Cusco.
“Afortunadamente gran parte de los distritos (del Vraem) ya están absolutamente pacificados y estamos hablando ahora de evaluar la posibilidad de ir levantando los estados de emergencia”, declaró.
Agregó que esta medida no significa que la criminalidad ha sido derrotada, pero sí está “reducida a espacios confinados”, por lo que el estado de emergencia se mantendrá en lugares clave.
Adrianzén visitó la citada localidad del Vraem junto al ministro de Defensa Walter Astudillo, quien dijo que el Gobierno ha optado por adelantar una política de reducción de los estados de emergencia.
Esa medida suspende las garantías ciudadanas, entre ellas los derechos al libre tránsito, la inviolabilidad domiciliaria y el requisito de una orden del juez para que la policía haga detenciones.
En ese agreste territorio opera desde hace decenios una fracción de remanentes del grupo armado Sendero Luminoso, que se negó a dejar las armas cuando el jefe de la organización, Abimael Guzmán, fue capturado, aunque este ordenó a sus huestes cesar las acciones bélicas.
La fracción actúa cada vez más esporádicamente y el Gobierno asegura que le asestó golpes decisivos con la detención de varios de sus dirigentes.
El Gobierno y la prensa llaman narcoterroristas a los remanentes, pues son acusados de coexistir con los narcotraficantes, darles seguridad o hasta dedicarse ellos a la producción de droga.
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