Al valorar la declaración final de la cumbre de la Alianza Atlántica, recién celebrada en Washington, un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores dijo que se trataba de un “documento ilegal que viola los derechos legítimos de los Estados soberanos independientes”.
Pyongyang acusó a EEUU y sus aliados de destruir constantemente el entorno de seguridad en Europa al propugnar la expansión de la OTAN hacia el Este y alertó que esa política puede conducir al peligro de una guerra mundial.
Señaló asimismo que la cumbre dejó al descubierto la “siniestra intención” de EEUU de reforzar los vínculos entre el bloque militar euroatlántico y sus aliados en Asia-Pacífico, lo cual constituye una “grave amenaza a la paz» en la región.
En la cita en Washington, además de los 32 países de la OTAN, participaron los presidentes o primeros ministros de Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda.
La Cancillería de la RPDC subrayó que EEUU “debe asumir toda la responsabilidad por infringir gravemente la soberanía y los intereses de seguridad de otros países y destruir constantemente la estabilidad estratégica del mundo”.
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