Esta denuncia fue manifestada por el delegado sirio ante las Naciones Unidas, Qusay Al-Dahhak, en su intervención durante las reuniones del Foro Político de alto nivel celebrado por el Consejo Económico y Social de la ONU.
El diplomático presentó el informe de la nación árabe elaborado por la Comisión de Planificación y Cooperación Internacional en colaboración con los ministerios y organismos oficiales pertinentes, el sector privado, la sociedad civil y un grupo de académicos.
El documento incluyó una explicación sobre los esfuerzos y pasos dados por Siria para lograr avances en la consecución de los 17 objetivos de desarrollo sostenible.
Mencionó los principales desafíos que enfrenta Damasco en el de lograr el desarrollo sostenible, en particular la presencia militar ilegal de tropas extranjeras en territorio sirio y su saqueo de las riquezas petroleras nacionales, el terrorismo, los actos de agresión y la imposición de medidas coercitivas unilaterales al pueblo sirio.
El informe destacó otro desafío representado por la politización de la labor humanitaria y de fomento por parte de los países occidentales y la retención de la ayuda internacional para el desarrollo que Siria merece, por ser un país en desarrollo y miembro de muchas organizaciones.
También, hace referencia al fracaso de los donantes internacionales en proporcionar la financiación necesaria para implementar programas y proyectos incluidos dentro del marco estratégico que regula la cooperación entre Siria y las Naciones Unidas en el ámbito del desarrollo sostenible.
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