El fin de semana, el Partido Socialista (PS) no apoyó la propuesta de presentar para el puesto a la presidenta del Consejo Regional de La Réunion, Huguette Bello, promovida por los comunistas con el aval de La Francia Insumisa (LFI).
Según el líder del PS, Olivier Faure, ese partido no bloquea la nominación, lo cual denunció el coordinador de LFI, Manuel Bompard.
Hay candidaturas examinadas y ninguna logra consenso, es normal, así funciona, dijo a France2 Faure, a quien los socialistas consideran una buena opción para aspirar al cargo de primer ministro.
Por su parte, Bompard expresó en la cadena BFM TV malestar por la postura del PS.
A propósito de los desacuerdos, la diputada ecologista Sandrine Rousseau advirtió en la red social X que la unidad del Nuevo Frente Popular debe preservarse, por la esperanza que representa.
Los partidos de izquierda compitieron separados en los comicios europeos del 9 de junio, pero después se unieron para los legislativos (30 de junio y 7 de julio), alcanzando alrededor de 180 disputados, la principal fuerza en la Asamblea Nacional, aunque lejos de la mayoría absoluta necesaria para gobernar en solitario (289).
A partir de ese triunfo, el Nuevo Frente Popular reclama el derecho de contar con el puesto de primer ministro y de encabezar el gobierno, pero el oficialismo, la extrema derecha y los conservadores se oponen a ese escenario.
El presidente Emmanuel Macron pidió tiempo al país para crear acuerdos y alianzas, en medio de presiones de figuras clave de su entorno para que se incline hacia la derecha en su decisión.
Los rumores apuntan a que Macron aceptará mañana la dimisión del primer ministro Gabriel Attal, quien presentó su renuncia hace una semana por los reveses del oficialismo en las urnas.
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