El reporte elaborado por el Programa de Medio Ambiente incluye entre los principales retos el rápido desarrollo de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial (IA); las dificultades en materia de gobernanza o la disputa por los recursos naturales.
Además, identifica otros como las nuevas formas de conflicto, los desplazamientos forzados y las migraciones masivas, el aumento constante de las desigualdades, el declive de la confianza y el debilitamiento de las instituciones, la prevalencia de la desinformación y la creciente multipolaridad mundial.
La policrisis, alerta el informe, es ya una característica indiscutible de nuestros tiempos y provoca consecuencias considerables para el medio ambiente.
De acuerdo con la investigación, la relación de la humanidad con el medio ambiente avanza como un cambio crítico clave que exacerba los motores de la degradación ambiental.
La aceleración de la extracción de materiales, el uso y la producción de combustibles fósiles, los plásticos, el consumo de agua provocan récords de temperatura mientras que los fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones e incendios, son cada vez más frecuentes y de mayor intensidad.
A la par, la biodiversidad disminuye y la contaminación y los desechos se encuentran desde el océano Antártico hasta el Pacífico.
Por otro lado, el aumento de conflictos armados y los desplazamientos forzosos también impactan la salud del planeta con posibles secuelas durante décadas y más repercusión en las poblaciones vulnerables.
Para abordar eficazmente estos cambios críticos y señales de esbozadas a través de este proceso de revisión, el mundo necesita adoptar un nuevo contrato social, asegura el documento al reconocer tres áreas fundamentales.
En ese sentido insta a implicar y acoger a un abanico más amplio y diverso de partes interesadas, incluidos los Pueblos Indígenas y las comunidades locales; dar más voz a las personas jóvenes; y replantearse los indicadores de progreso para ir más allá del PIB, como oportunidades importantes para renovar el contrato social y aumentar la resiliencia.
Una gobernanza ágil y adaptable cambia las reglas del juego a la hora de implementar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y avanzar más rápidamente hacia las metas clave en materia de cambio climático y biodiversidad, reconoce.
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