La nueva masacre fue denunciada por La Red de Médicos de Sudán que condenó el crimen contra civiles y lo consideró un intento de las denominadas Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, inglés) para restringir las libertades de los ciudadanos y atacarlos sin justificación en zonas donde no hay presencia militar.
Según fuentes castrenses, las RSF mantienen un constante asedio a la capital de esta región, El Obeid, y obstaculizan la entrada de alimentos, medicamentos y combustible.
Recientemente, la Organización Mundial de la Salud solicitó la posibilidad de trasladar también ayuda humanitaria a esta capital y los tres estados de Kordofán.
Funcionarios de esta organización internacional denunciaron que Sudán vive la mayor crisis de desplazados del mundo con más de 10,5 millones de personas, incluidos 1,8 millones de refugiados en países vecinos.
Desde mediados de abril del pasado año, esta nación africana se encuentra sumida en una guerra interna, tras avivarse las contradicciones por cuestiones de poder entre el jefe del Ejército Abdel Fatah al-Burhan y el líder de las paramilitares RSF, Mohamed Hamdan Daglo.
En Sudán, donde ocurrió un golpe de Estado militar en 2019 y otro en 2021, se desató un conflicto en el que murieron miles de civiles, entre ellos, unos 15 mil solo en la región de Darfur Occidental.
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