La cifra significa que la quinta parte de la población fue obligada a abandonar sus hogares, tras 15 meses de guerra entre las Fuerzas Armadas Sudanesas y sus rivales, las Fuerzas de Apoyo Rápido.
De acuerdo con cifras del organismo, cerca de ocho millones de los desplazados permanecen dentro de las fronteras nacionales, mientras que más de la mitad son niños.
Otros dos millones fueron obligados a cruzar hacia países vecinos que también enfrentan sus propios desafíos.
“La comunidad humanitaria en Sudán está haciendo todo lo posible para aumentar la asistencia a las personas necesitadas, incluidas aquellas que han huido de los combates”, aseguró este martes el portavoz del Secretario General de la ONU (António Guterres), Stéphane Dujarric.
El vocero denunció grandes obstáculos para la comunidad humanitaria que opera en ese territorio, entre los que sobresalen la inseguridad actual, las limitaciones de acceso y la escasez de financiación.
El Plan de Respuesta Humanitaria para el país apenas cuenta con el 30 por ciento de la financiación, o sea, con 820 millones de dólares recibidos de los dos mil 700 millones de dólares que se necesitan.
Otros reportes advierten sobre mayores desafíos en el estado de Darfur del Norte, ahora escenario de disputa entre las fuerzas rivales por el control de la basta región.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, las tensiones en la ciudad de El Fasher, capital de la demarcación, mantiene a 800 mil personas atrapadas sin acceso a suficiente comida, agua o apoyo médico.
A pesar de la alerta sobre esa ciudad, los trabajadores sobre el terreno consideran caótico el contexto en los estados de Darfur, Kordofan, Jartum y Al Jazira, prácticamente aislados de la asistencia humanitaria y sanitaria debido a las hostilidades incesantes.
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