De acuerdo con el experto existe dos, la intensificación de la confrontación militar entre Occidente y la Federación de Rusia y los intentos de Estados Unidos de debilitar a Europa política, militar, social y económicamente.
En su opinión, si la primera tendencia continúa al menos hasta el resultado de las elecciones presidenciales estadounidenses, entonces el deseo de debilitar a Europa solo se intensificará bajo la nueva administración.
Además, señala el analista, no importa si se trata de una administración republicana o demócrata, pues independientemente de quién ocupe la Casa Blanca, esto redunda en interés de Washington.
El experto señala que la afirmación sobre la irreversibilidad de la admisión de Ucrania en la OTAN, aunque no esté confirmada por ningún detalle, significa en sí misma un conflicto sin fin con Rusia debido a la posible proximidad de futuras bases estadounidenses a Moscú.
Al tener en cuenta las decisiones y acuerdos alcanzados durante la cumbre, incluido el despliegue de misiles de largo alcance en Alemania y la producción conjunta de esas armas, el analista concluye que esta fue un paso más hacia una escalada de la violencia.
Según Gaiani, el enfrentamiento con el gigante euroasiático comenzó en Bucarest en 2008, cuando Occidente prometió admitir a Ucrania y Georgia en la OTAN.
A esto, concluye el autor, se suma el creciente grado de tensión con China.
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