La arremetida israelí en esa zona impactó cerca del Centro Conjunto de Operaciones Humanitarias de la ONU, donde radican varias agencias y organizaciones no gubernamentales, aseguró este martes el portavoz del Secretario General delorganismo (António Guterres), Stéphane Dujarric.
El ataque se registró a 100 metros de la instalación y, aunque las operaciones continúan, tiene un duro impacto para los trabajadores sobre el terreno, dijo el vocero.
«Si hay un ataque a cien metros de su lugar de trabajo, simplemente aumenta el ya abrumador nivel de estrés de nuestros colegas, sin mencionar el impacto que tiene en los civiles que habitualmente mueren en estos ataques», consideró.
Las autoridades del enclave contabilizaron al menos 44 víctimas fatales y más de un centenar de heridos este martes como consecuencia de los bombardeos israelíes en el campamento de refugiados de Nuseirat, al centro, y el área de Al Mawasi, cercana a la sureña ciudad de Khan Yunis.
Por su parte, la ONU insistió en que los constantes desplazamientos provocan más sufrimiento a los civiles atrapados en el conflicto.
Miles de personas abandonaron Deir al Balah en apenas una semana, principalmente en carros tirados por burros, pero también en coches, motos o a pie, aseguró el portavoz de Guterres.
Los desplazados apenas llevan unas pocas pertenencias y muchos de ellos fueron relegados varias veces, por lo que no pueden permitirse económicamente otro movimiento.
“Estas personas se encuentran entre las más vulnerables y nuestros equipos se han desplegado diariamente a lo largo de sus rutas para brindarles asistencia básica, que incluye agua, comidas calientes, cualquier tipo de alimento y servicios de salud”, aseveró Dujarric.
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