De acuerdo con un comunicado del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), unos 4,7 kilómetros donde había cinco pasos usados por los caminantes en la jungla fueron cercados por sus agentes para canalizar por una sola vía el flujo de los transeúntes.
El director de Senafront, Jorge Gobea, precisó que al obstaculizar con barreras perimetrales (cercas de púa) los pasos no autorizados se ha reducido considerablemente el cruce de los viajeros sin documentación.
También señaló que tienen más de siete embarcaciones realizando un bloqueo costero, unas 25 patrullas que se mantienen en vigilancia para ubicar a aquel que delinca contra los migrantes y también (para) auxiliar a los inmigrantes que producto de las situaciones adversas del clima y del cruce por el Darién se ven afectados.
Desde el pasado 3 de julio, tras la toma de posesión del nuevo Gobierno de José Raúl Mulino, las autoridades panameñas han anunciado progresivamente el cierre de esas trochas.
La medida prevé la creación de un corredor humanitario hasta Bajo Chiquito, el primer poblado al que llegan los migrantes tras atravesar a pie el Darién durante días.
Las autoridades panameñas han reiterado que el grupo criminal Clan del Golfo, de Colombia, es la principal banda que lucra con los migrantes irregulares.
Gobea indicó que en estos primeros días de julio se ha disminuido al menos en nueve mil personas en relación con igual etapa del año pasado el tránsito de irregulares.
En lo que va de año atravesaron el Darién más de 208 mil migrantes, la mayoría venezolanos, mientras que en todo 2023 fueron más de 520 mil una cifra inédita, según datos oficiales de Panamá.
De otra parte, el vicecanciller Carlos Guevara, solicitó el aporte de las naciones emisoras de la migración irregular a las que invitó a resolver problemas internos que estimulan el éxodo de sus nacionales.
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