Ante fundadoras de la entidad hace 25 años, autoridades del Estado e invitadas, el mandatario describió que desde el inicio de la transición el Gobierno se propuso que el diálogo fuera una herramienta central en la gestión.
Tanto, añadió, en la construcción de la ruta para lograr remontar la resistencia que existía, como para hacer ejercicio de ese poder democrático conferido por el pueblo a la actual administración.
En un contexto político tan complejo, en una sociedad con tantos desafíos, existe una necesidad urgente de que las voces, que usualmente estuvieron silenciadas, puedan escucharse, expresó el político de 66 años.
Confesó su certeza de que el reconocimiento mediante el diálogo y la conversación es clave para encontrar las soluciones a los problemas que el país sigue arrastrando, pero que tiene que resolver si quiere un futuro de diferente.
Refirió el trabajo realizado a través de una mesa técnica específica con la intención de identificar en conjunto, colectivamente, las mejores estrategias para atender demandas de una parte de la sociedad que había dejado de ser escuchada.
De ese diálogo –dijo el abanderado del partido Movimiento Semilla- surgió la reforma de la Defensoría de la Mujer Indígena suscrita y que de manera inconsciente, pero no de manera casual, cierra un ciclo y permite abrir uno nuevo.
La DEMI debe estar al servicio de quienes la necesitan, subrayó, mientras apuntó que la garantía de los derechos de las mujeres indígenas no puede hacerse efectiva sin su participación directa y real.
Buscamos –enfatizó- que sea un espacio para que las mujeres indígenas trabajen y contribuyan a la erradicación de todas las formas de violencia y discriminación que existen en su contra.
Junto con la Asamblea Nacional de Pueblos Indígenas y Originarios estamos llevando a cabo una revisión de toda la institucionalidad indígena, amplió el presidente.
Felicitó a los funcionarios que pusieron su esfuerzo y energía en la concreción de esta reforma y agradeció la confianza de las organizaciones civiles participantes.
Pidió continuar juntos en este esfuerzo, con diálogo, con un combate eficaz contra la discriminación y la violencia.
Antes, la diputada del movimiento político Winaq Sonia Gutiérrez advirtió que hay 34 instituciones indígenas que ameritan una revisión profunda.
Reflexionó que más del 50 por ciento de las mujeres son originarias y valdría la pena ver si realmente los presupuestos, las políticas públicas y si las instituciones están atendiendo a esa mayoría de la población.
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