La edición 18 del Anuario Brasileño de Seguridad Pública indica que el número de violaciones trepó y alcanzó otra marca, pues en 2023 fueron 83 mil 988 casos registrados, un alza del 6,5 por ciento respecto al año anterior.
El dígito representa una violación cada seis minutos en el gigante sudamericano, el mayor de la serie histórica que comenzó en 2011. Desde entonces, los registros ascendieron el 91,5 por ciento.
Del total de casos, el 76 por ciento corresponde al crimen de violación de vulnerable (cuando la víctima tiene menos de 14 años o es incapaz de consentir por cualquier motivo, como discapacidad o enfermedad).
Según el perfil de las víctimas: el 88,2 por ciento resultan mujeres, 61,6 tiene hasta 13 años, el 52,2 son negras y el 76 eran vulnerables.
La violencia ocurre mayormente dentro de casa. El 61,7 por ciento fue registrada en la vivienda.
En la secuencia, está la vía pública (12,9 por ciento). Entre las víctimas de hasta 13 años, en el 64 por ciento de los casos el agresor es un familiar y en 22,4 conocidos.
«Todas las formas de violencia contra la mujer han crecido», afirmó Samira Bueno, directora ejecutiva de la organización no gubernamental.
Consideró que existe subnotificación porque «algunos estados no clasifican adecuadamente a los feminicidios».
El reporte precisa que, de las mil 467 víctimas de feminicidio, el 63,6 por ciento eran negras, el 71,1 tenían de 18 a 44 años y el 64,3 fueron asesinadas en la morada.
De estas, el asesino fue el compañero en 63 por ciento de los casos, el ex en 21,2 y un familiar en 8,7 de los registros.
En el calendario pasado se concedieron 540 mil 255 medidas de protección de urgencia, un aumento del 26,7 por ciento con respecto al ejercicio anterior.
Por otra parte, las muertes violentas de forma intencional disminuyeron un 3,4 por ciento en 2023 en relación con 2022, al notificarse 46 mil 328 casos, de acuerdo con el foro.
Detalla que tal cifra representa 22,8 muertes por cada 100 mil habitantes.
El denominado índice de Muertes Violentas Intencionales incluye a víctimas mortales de feminicidio, robo, agresión corporal y por intervenciones policiales.
Pese a la caída en el guarismo de los decesos violentos, Brasil tuvo una media de 18,8 por ciento superior al promedio regional de América Latina y el Caribe, que en 2022 resultó de 19,2 homicidios por cada 100 mil habitantes.
El municipio de Santana, en el norteño estado de Amapá, encabeza la lista de las 10 ciudades más violentas del gigante sudamericano con 92,9 muertes intencionales por cada 100 mil habitantes, tasa superior en más de cuatro veces a la nacional.
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