Particular interés reviste la elección de la Presidencia de la cámara baja, puestos que pudieran influir en la composición del futuro gobierno, en un contexto de mucha incertidumbre.
En el Palacio Borbón todos los bloques quedaron en los recientes comicios legislativos lejos de los 289 diputados requeridos para tener el control, con el Nuevo Frente Popular (izquierda) como el de más escaños, unos 180 de los 577, seguido por el oficialista Juntos por la República (165) y el partido de extrema derecha Agrupación Nacional (142).
La izquierda apuesta por el comunista André Chassaigne para presidir la Asamblea Nacional por primera vez en mucho tiempo, mientras el gobierno aspira a repetir en ese cargo con Yaël Braun-Pivet, quien encabezaba la cámara baja cuando el presidente Emmanuel Macron la disolvió en junio después del revés oficialista en las europeas.
La fuerza que logré la presidencia de la Asamblea recibirá un estímulo en su objetivo de tener a un primer ministro de sus filas y la posibilidad de formar gobierno en Francia.
Esta semana Macron aceptó la renuncia del primer ministro Gabriel Attal y de su gabinete, aunque mantienen sus puestos con funciones básicas, hasta que llegue a Matignon un sucesor.
Para la elección del presidente de la Asamblea Nacional el candidato debe obtener la mayoría absoluta en un voto secreto durante la primera o la segunda ronda, o la simple en la tercera.
El Nuevo Frente Popular instó a la centroderecha y a los conservadores a evitar que la extrema derecha logre cargos importantes en el hemiciclo.
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