«¿Por qué voy a querer pelear con Venezuela? ¿Por qué voy a querer pelear con Nicaragua? ¿Por qué voy a querer pelear con Argentina? Que elijan a los presidentes que quieran», aclaró Lula en el evento de anuncio de inversiones para ejecución de obras e intervenciones en la Via Dutra y Rio-Santos, en Sao José dos Campos, en el estado de Sao Paulo.
Tal manifestación afloró después que el gobernante de Venezuela, Nicolás Maduro, elucidara que nadie suspenderá las elecciones presidenciales del 28 de julio, cuando la extrema derecha sigue en sus planes de desatar la violencia en la vecina nación.
Denunció que los «fascistas andan alborotados, desesperados porque pase algo grave y pegar un grito», para que se suspendan los sufragios.
Ese es el plan, insistió Maduro y advirtió a «los fascistas e imperialistas» que nadie le va a quitar al pueblo venezolano el derecho de elegir de manera democrática a su representante.
Para el candidato por el Gran Polo Patriótico (oficialismo), «el destino de Venezuela en el siglo XXI depende de nuestra victoria el 28 de julio».
Lula señaló que asumió en su gobierno «el compromiso de recuperar una cosa que Brasil tiene que nadie tiene».
Consideró que «no hay ningún país del mundo sin contencioso con nadie como Brasil. No existe. A todo el mundo le gusta Brasil y a Brasil tiene que gustarle todo el mundo», apuntó.
Lo que me interesa, reiteró el fundador del Partido de los Trabajadores, «es la relación de Estado a Estado, lo que gana Brasil y lo que Brasil pierde en esta relación».
Medios locales indican que, cuando ya se arribó a la mitad de campaña en Venezuela, los 10 candidatos al poder intensifican sus contactos con sus seguidores para dar a conocer sus propuestas, mientras el Consejo Nacional Electoral avanza en el cumplimiento del cronograma con sus auditorías.
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