El anuncio de la cancelación del sufragio por la ayer electa presidenta de la Cámara Baja, Yael Braun-Pivet, causó estupor y abundaron las críticas.
Para el diputado oficialista Jean-René Cazeneuve se trató de un espectáculo lamentable ante los electores.
Por su parte, su colega del Partido Socialista Jérôme Guedj calificó de fraude lo sucedido en el hemiciclo, donde la noticia de la jornada fue que ningún parlamentario del partido de extrema derecha Agrupación Nacional logró el apoyo necesario para alcanzar la vicepresidencia.
Los votos de más constituyen un evento de una brutalidad democrática absolutamente impensable, fustigó Guedj.
Las elecciones de la Asamblea Nacional dejaron en los cargos de vicepresidente a dos diputados de La Francia Insumisa, dos conservadores, uno oficialista y otro de Horizontes, fuerza aliada del gobernante Renacimiento.
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