Con muchas credenciales ofensivas llegan los visitantes orientales a la tierra del mejor tabaco del mundo, dispuestos a defender la corona ganada en la campaña pasada frente a una tropa veguera célebre por su pitcheo.
Los verdirrojos tuneros exhiben un average al bate en esta postemporada de .313 y en los 12 partidos que disputaron para llegar a esta instancia anotaron 67 carreras y sacaron 13 pelotas por encima de los colchones.
Gracias a ese poderío el equipo ha subido al podio de premiaciones cinco veces en los últimos seis años, trayecto donde además archivan un par de títulos nacionales.
En el montículo parecen estar los mayores problemas de la llamada «Pesadilla Oriental», luego que sus lanzadores aceptaron 5.12 carreras limpias por juego completo y dejaron que sus contrarios embasaran 1.64 bateadores por cada entrada.
Los pinareños son la otra cara de la moneda con una ofensiva que se ha comportado por debajo de lo esperado al promediar para .289 y conectar siete cuadrangulares.
Aunque no son números bajos, el descenso se nota después de una campaña regular donde se ubicaron segundos en bateo con .329 de average e implantaron un récord para esta estructura con 87 batazos de vuelta entera.
Implacables han estado sus serpentineros en estos playoffs al permitir apenas 32 anotaciones en 105 episodios para un promedio de 2.74 por partido, además de lucir un average de contrarios de .246 y un Whip de 1.26.
Los Vegueros, que tienen un palmarés de 10 títulos en Series Nacionales, no ganan uno desde hace una década cuando lo lograron bajo las riendas del gran Alfonso Urquiola, y es su hijo Alexander quien tiene ahora la misión desde el banquillo de director de repetir la hazaña.
A partir de las 14:00, hora local, en el estadio Capitán San Luis, chocarán ambas escuadras en un duelo inédito por el trofeo de campeón de Cuba, donde los lanzadores locales tratarán de imponer sus leyes ante las afiladas hachas de sus adversarios Leñadores.
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