A través de un mensaje de felicitación al pueblo tras la conmemoración del aniversario 45 de la Revolución Sandinista, el Ejecutivo señaló que esa celebración fue con alegría y responsabilidad elocuente y combatiente ante los retos del presente y el futuro.
“El aliento sagrado del pueblo que manda, cumple, ama, vibra y es fuerza misteriosa y victoriosa, se manifiesta en todas partes, con el invisible y a la vez perfectamente perceptible fuego de la verdad, justicia y la celebración de la paz que defendemos y merecemos”, destacó.
El texto señaló que, con fe y esperanzas consolidan y desarrollan la vida tranquila con energías constructivas que crean, pues el derecho al bienestar que mejora la vida cada día, es inalienable del “pueblo digno, combativo, alegre y triunfante de Nicaragua Libre”.
“Nos abrazamos felices de lo aprendido y dispuestos a aprender y crecer, más y más, reconociendo y aplicando nuestros ideales y valores, legado indiscutible de nuestros héroes y mártires”, enfatizó.
Según el comunicado, los nicaragüenses son plenamente conscientes del privilegio de habitar este presente que transcurre hacia el futuro que desean en cada amanecer y en cada batalla.
“Porque el alba de oro de nuestros pueblos se enciende cada mañana, y es hálito, inspiración, convicción y fuerza de trabajo, paz y seguridad para todos”, señaló.
Resaltó la importancia de la unidad, pues así derrotaron todas las malignidades y erradican la pobreza y viven con júbilo estos nuevos tiempos.
“Unidos somos el poder y la gloria que nuestros héroes nos han entregado para forjar porvenires brillantes, claros, lúcidos, formidables porvenires, que desconocen, borran, entierran las mentiras, falsificaciones, traiciones y cobardías. Negamos los fraudes humanos, las caretas, las estafas, las imposturas”, subrayó.
El escrito hizo referencia a los enemigos de la patria, y afirmó que a ante la envidia que les corroe, la frustración y las rabias de los que nunca pudieron, “oponemos el vigor y la gloria de la Revolución Popular Sandinista como verdad primera y última”.
“La Revolución es integridad sellada con la voluntad de Dios, y la santa sangre de miles y miles de nicaragüenses. Siempre Inclaudicables, insobornables, en la inmensidad Espiritual de todos los horizontes, que tenemos y habitamos ya”.
Afirmó que la lucha es el más alto y noble de los cantos que trasciende, pues fortalece el alma y los hace y rehace para “seguir sembrando y labrando de combate en combate, llenos de ese amor que todo puede y todo vence”.
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