Novillo deseó éxito a la nueva autoridad, lo exhortó a dar cumplimiento a la Constitución Política del Estado, sus leyes y todas las normativas correspondientes a su competencia.
“La lucha contra el contrabando es un trabajo muy duro, altamente riesgoso para nuestras Fuerzas Armadas, sumamente importante y determinante para la economía boliviana”, sostuvo tras tomar juramento a Velásquez.
El flamante vicetitular sustituye en el cargo al general Daniel Vargas, y desde ahora dirigirá el combate a un flagelo que atenta contra la estabilidad económica boliviana.
El presidente de la Cámara Nacional de Industrias, Pablo Camacho, alertó frente a una “naturalización” del contrabando, que de actividad comercial informal pasó a ser parte de organizaciones delictivas cada vez más violentas.
“Los bolivianos hemos naturalizado el contrabando y ahora tenemos que luchar para evitar naturalizar también el crimen organizado”, afirmó en entrevista concedida a Prensa Latina.
Al revelar que este tipo de acciones ilícitas afecta a Bolivia anualmente en un ocho por ciento de su producto interno bruto, subrayó que, según Iniciativa Global Contra el Crimen Organizado, este flagelo crece en 22 de los 35 países del hemisferio, con Bolivia con el crecimiento más acelerado después de Guyana.
Tal dinámica acontece, entre otros factores, por la colusión del contrabando con otros delitos transfronterizos como el narcotráfico, el lavado de activos o la trata de personas, según los expertos.
Esta es la causa por la cual se observa un incremento de la violencia vinculada al accionar de los contrabandistas, quienes, en el caso de Bolivia, tan solo en el primer mes de 2024 cobraron la vida de al menos cinco efectivos militares.
Una encuesta del Centro de Comunicación Estratégica Rodríguez Baudoin, reveló que, al contrario de lo que puede ocurrir en otros países donde se percibe el contrabando como un hecho circunscrito a la esfera delictiva, en Bolivia se le considera una actividad inherente al quehacer económico.
El estudio describió que el 48 por ciento de los encuestados consideran que esta actividad ilegal es importante para la economía.
Influyen en esa visión la convivencia ancestral con la práctica del contrabando, la convicción de que se trata de una fuente de ingresos fundamental en el ámbito de la informalidad y su impacto en el ahorro de los gastos familiares, concluyó la investigación.
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