En conferencia de prensa, la funcionaria indicó que en breve comenzarán grandes traslados a los países de origen de los viajeros ilegales que ingresan por la selva de Darién, en la frontera con Colombia, en cumplimiento de un memorando suscrito entre las partes el pasado 1 de julio.
Los vuelos chárter y comerciales de migrantes son inminentes y de números grandes, indicó Piñeiro, quien además explicó que han visitado en Darién centros de recepción temporal de los caminantes y han conversado con aerolíneas, los contratistas, como parte de los detalles finales de ese proceso.
En 2023, más de 520 mil personas transitaron por la jungla y en lo que va de año los registros de migrantes superan los 206 mil, según datos del Servicio Nacional de Migración (SNM).
A preguntas de Prensa latina la pasada semana, el director del SNM, Roger Mojica, confirmó que en el caso de las repatriaciones de los migrantes estas tienen carácter voluntario, pues se debe contar con el consentimiento del viajero irregular y del país de donde proviene y al cual se le retorna.
En los últimos 15 días, el Servicio Nacional de Fronteras cerró unos siete senderos no autorizados de modo que los migrantes utilicen los pasos que los conducen a puestos de migración y aduana.
En esos recintos como los de la comunidad de Lajas Blancas laboran además organismos internacionales que asisten a los caminantes, antes de que aborden autobuses para seguir su viaje hacia Costa Rica.
Piñeiro enfatizó que las autoridades panameñas decidirán qué migrantes son ‘elegibles’ para ser retornados a sus países y que la medida se cumplirá bajo el marco jurídico de la ley panameña, que acoge tres figuras: expulsión, deportación y repatriación.
jha/ga
