Así lo anunció la ministra de Cultura y Patrimonio, Romina Muñoz, durante la sesión solemne por los 489 años de la fundación de Guayaquil, en la provincia de Guayas.
Muñoz recordó que esta elaboración culinaria llegó a la ciudad portuaria en el siglo XVII y fue evolucionando e integrando ingredientes locales hasta convertirse en la segunda mejor sopa de pescado del mundo, en 2023.
Fue en Guayaquil donde este caldo encontró su forma más conocida, enriquecido con la cultura y los ingredientes locales.
El pescado, generalmente albacora, se cocina hasta obtener un caldo robusto al que se añade yuca previamente hervida y desmenuzada.
La cebolla, cortada finamente, se encurte en limón y sal proporcionando ese toque ácido que contrasta perfectamente con la riqueza del caldo.
Además, se le agrega cilantro fresco y se acompaña con chifles (plátano verde frito) o canguil (palomitas de maíz), completando así una explosión de sabores y texturas.
Uno de los aspectos más destacados del encebollado es su accesibilidad, ya que se puede encontrar en cualquier rincón de Guayaquil, desde los modestos puestos callejeros hasta los restaurantes más reconocidos.
Para muchos, no hay nada mejor que un plato de encebollado a primera hora de la mañana, considerado un remedio infalible para la resaca y un desayuno lleno de energía.
Muchos chefs contemporáneos han reinventado este platillo, añadiendo toques gourmet sin perder su esencia tradicional. Sin embargo, el encebollado callejero, ese que se sirve caliente y con amor en un sencillo pozuelo de plástico, sigue siendo el favorito de los guayaquileños y los ecuatorianos en general.
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