Trovador que inició su carrera en la actuación y luego incorporó la guitarra, experimenta ahora nuevas formas creativas, matizadas por su experiencia en la escena y la musicalización de poemas, narraciones orales y canciones de su autoría y de otros intérpretes cubanos.
Valdés tuvo hasta ahora el respaldo artístico en sus presentaciones de reconocidos músicos y productores ticos como Pipo Chávez, Beto Campos, Mauricio Castro, Roberto Celaya y María Pretis, quien lo acompañó al piano, añadió en declaraciones a Prensa Latina.
Una de las escalas del cantautor fue Nicoya, centro cultural de la noroccidental provincia de Guanacaste y para el artista “lugar de obligada visita para cualquier patriota cubano por la presencia histórica (siglo XIX) de los héroes Antonio Maceo y Flor Crombet, antes de regresar a la isla para incorporarse a la guerra de 1895”.
Valdés (1968), quien acumula otras giras internacionales en países como España, México, Brasil, Bolivia, Guatemala, Costa Rica, Honduras, Ecuador, Panamá, Portugal, Rusia, Tailandia y varias naciones árabes, actúa ahora acompañado por la agrupación de pequeño formato Proyecto Habana.
Las presentaciones en Costa Rica, mediante esa estructura, me permiten incursionar por todos los géneros de la música cubana, boleros, sones y canciones, lo cual aumenta el alcance de nuestra propuesta escénica y artística, afirma.
El recorrido del artista durante unos 40 años por la música y la actuación comprende una extensa actividad de apoyo a la solidaridad internacional en numerosos países, a través del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos.
Piezas afines a esa fase de su carrera son las obras de su autoría “Mensaje”, dedicada al líder histórico cubano Fidel Castro; “Cien fuegos por un sueño”, inspirada en el héroe Camilo Cienfuegos; y el poema “Padre Nuestro de los que siguen esperando”, en homenaje al Guerrillero Heroico, Ernesto Che Guevara.
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