Según la Estrella Roja de David, el servicio nacional de emergencia israelí, las víctimas mortales son niños y adolescentes que entrenaban en un campo de fútbol cuando ocurrió la explosión en Majdal Shams, una localidad de mayoría drusa.
Aunque hasta el momento nadie se adjudicó el ataque, el gobierno de Benjamin Netanyahu señaló a la milicia chiita, que aseguró no tener “ninguna conexión con el incidente” y negó “todas las acusaciones falsas”.
Estamos ante una guerra total, no tengo duda de que pagaremos el precio, pero exigiremos un coste aún mayor a Hizbullah, amenazó en la red social X el canciller Israel Katz.
Tras el suceso, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, se reunió con el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas (FDI), general Herzi Halevi, en medio de los preparativos en las últimas semanas para una eventual gran ofensiva contra El Líbano. Los sectores más radicales en el gabinete de Netanyahu y la derecha israelí reclaman una incursión a gran escala contra el vecino del norte, lo cual podría desatar un conflicto regional, según la ONU.
Desde octubre del pasado año Israel y Hizbullah mantienen un intercambio de golpes en la frontera tras la agresión de las FDI contra la Franja de Gaza, que causó desde entonces más de 39 mil muertos y 90 mil heridos, la mayoría mujeres y niños.
El grupo armado señaló en reiteradas ocasiones que continuará sus acciones bélicas hasta tanto este país no abandone Gaza y advirtió que una operación terrestre contra El Líbano provocaría una guerra total sin líneas rojas.
Israel ocupó gran parte del Golán en la guerra de 1967, aunque la comunidad internacional exige desde entonces su devolución a Siria.
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