Los nacidos en la ciudad de Kobe tratarán de repetir los títulos alcanzados ante la afición nipona, para aumentar la ventaja de su país al frente del medallero de ese deporte en la capital francesa.

Este sábado, en la primera jornada, Japón ganó un título y una medalla de bronce y se colocó en el primer puesto.

Uta es novena del ranking olímpico, dominado por Diyera Keldiyorova, uzbeka ganadora de dos medallas de plata mundiales en 2023 y 2024.

Debajo de Keldiyorova, aparecen Distria Krasniqi (Kosovo), Odette Giuffrida (Italia) y Amandine Buchard (Francia), ordenadas así del segundo al cuarto puesto y tres de las máximas aspirantes a la corona.

Krasniqi fue campeona en la capital japonesa (-48 kilogramos), Giuffrida ganó plata en Río de Janeiro y bronce cinco años después, y Buchard dominó con el equipo mixto y resultó plata (–52 kg) en Tokio 2020.

Sin embargo, puestos en una balanza, la ubicación de Uta Abe en esa relación no puede contra su palmarés y experiencia.

La menor de los Abe acumula, además, cuatro coronas en mundiales y otros muchos triunfos desde el Grand Slam de Düsseldorf de 2017 cuando, con 17 años, se convirtió en la más joven campeona de torneos de la Federación Internacional de Judo.

Por su parte, Hifume Abe competirá en una división muy fuerte en Japón, pues con él también destacan mundialmente Ryoma Tanaka y Takeshi Takeoka, oro y plata, respectivamente, del torneo mundial de mayo último, en Emiratos Árabes Unidos.

Tanaka también es monarca de los Juegos Asiáticos (2022) y del Grand Slam de París, un año antes, en Takeoka tiene un palmarés más discreto, en el cual brilla otro segundo puesto, logrado en un campeonato mundial juvenil.

Otro estelar, Joshiro Maruyama, atesora, entre sus resultados internacionales destacados, cuatro medallas en mundiales y una segunda posición en los Juegos Asiáticos (2018).

Hifume también aparece relegado en el ranking olímpico, en su caso al sexto puesto, después de Denis Vieru (Moldavia); Vazha Margvelashvili (Georgia); Erkhembayar Battogtokh y Yondonperenlein Basjüü (Mongolia), y Tanaka.

Y, como ella, acumula cuatro títulos mundiales –más una medalla de bronce- y además tiene 12 pergaminos dorados en torneos de Grand Slam.

Por tanto, si realizamos el mismo hipotético ejercicio de medición que con Uta, la báscula volverá a inclinarse hacia donde diga Abe.

Ello no significa que ganarán el título con apenas vestir los judoguis de la mayor potencia de este deporte en el mundo y subir a los colchones parisinos, pero los respectivos historiales repiquetean en la cabeza de sus estelares rivales.

mem/raj