En declaraciones a Radio Rebelde, Alfonso pidió felicitar siempre a Julio César “quien ha sido siempre mi ídolo como boxeador, lo seguí desde muchacho y quise siempre ser como él”.
“Somos muy buenos amigos. Hoy nos tocó enfrentarnos y la victoria fue mía, pero para nadie es un secreto que para mí es el mejor de todos los tiempos, el mejor de los boxeadores y fue un honor pelear con él”, añadió.
Interrogado sobre la estrategia seguida en el combate, Alfonso indicó que no utilizó táctica específica ni especial, sino simplemente fue para arriba del ring y que las cosas salieran como fuera frente a una leyenda: “salieron las cosas a mi favor, e igual pudiera haber sido diferente”.
Actual campeón mundial de la división de los 86 kilogramos, el representante de Azerbaiyán reiteró que va en busca del oro olímpico, pero irá paso a paso, con respeto hacia todos los rivales que enfrente en el camino a la final.
Emocionado ante las preguntas del periodista Guillermo Rodríguez Hidalgo, Alfonso recalcó que esta victoria suya también va para todo el pueblo cubano, “porque también soy cubano”.
“Abrazo con mi corazón a todos los cubanos. Cada vez que peleo con cualquier cubano, gane o pierda, siempre voy con el mayor respeto, porque esa fue la escuela que me crío, la que me enseñó, pues llegué a Azerbaiyán ya como un boxeador hecho”, aseveró.
Justo en el día de su cumpleaños, Alfonso, quien es entrenado por el avezado técnico cubano Pedro Roque, aseguró que todas las medallas que gana también van dedicadas a todos los cubanos y seguirá apoyando a los boxeadores de la isla.
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