En un comunicado, la institución alertó de la creciente propagación de enfermedades, como la poliomielitis, debido a la falta de higiene personal por las carencias materiales y de agua en los superpoblados refugios.
A ello se suman las altas temperatura del verano y la gran contaminación resultantes de los numerosos residuos y aguas albañales esparcidas por todo el territorio.
Ante esa situación, llamó al mundo a intervenir de manera inmediata para abordar la crisis mediante el ingreso de medicinas, combustible, alimentos y productos de limpieza.
Precisamente, la Organización Mundial de la Salud anunció la pasada semana que enviará a Gaza más de un millón de vacunas contra la polio tras detectarse la presencia del virus de esa enfermedad en muestras de aguas residuales.
A principios de este año, la Autoridad Palestina de Calidad Ambiental reveló que el 66 por ciento de la población de la Franja sufre la propagación de enfermedades transmitidas por el agua contaminada, entre ellas el cólera y la diarrea crónica, debido a la destrucción del sector en los ataques israelíes.
Numerosas ONG y agencias de la ONU alertan sistemáticamente sobre el empeoramiento de las condiciones de salud en el territorio, en especial en el norte, debido al desbordamiento de aguas residuales y la contaminación del líquido usado para beber.
Hace unos días, el director del hospital gazatí Kamal Adwan, Hossam Abu Safiya, acusó a Israel de propagar enfermedades infecciosas al impedir el ingreso al territorio de vacunas y equipo necesarios para resolver la crisis de las aguas residuales.
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