Bajo el techo de cristal del Grand Palais, Ka Long logró imponerse en una gran final, durante la cual no hubo diferencia de tres toques en ningún momento, y logró una hazaña jamás lograda por un deportista de Hong Kong.

Cuando alcanzó la gloria en Tokio 2020, el floretista se unió a su compatriota Lee Lai Shan -oro en velas en Atlanta 1996- como los únicos de la región administrativa especial de China en tener ese privilegio en la historia olímpica.

Ahora, motivado por la tercera presea dorada aportada por la espadista Vivian Kong en la noche del sábado, vuelve a ceñirse la corona y ocupa, en solitario, un sitial de honor en el deporte de su país.

Portador de la bandera en la ceremonia de apertura, el esgrimista también tiene en su palmarés par de metales de bronce en los campeonatos mundiales de 2020 y 2023.

Por el bronce olímpico en esta capital, el norteamericano Nick Itkin derrotó 15-12 a Kazuki Iimura.

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