En sus palabras de apertura del encuentro, que se desarrolla en esta capital, el ministro manifestó estar convencido de que ambas partes formularán propuestas concretas encaminadas a restablecer la paz y callar las armas.
Este martes la titular de Estado y de Asuntos Exteriores, Cooperación Internacional y Francofonía de la RDC, Théresé Wagner, y el ministro de Asuntos Exteriores de Ruanda, Olivier Nduhungirehe, iniciaron en Luanda la segunda reunión ministerial sobre la Situación de Seguridad y Paz en el Este de la RDC.
Ambos representantes se reunieron en esta jornada con el presidente angoleño, João Lourenço, quien los recibió en el Palacio Presidencial de Ciudad Alta.
Al concluir la conversación con el mandatario ninguna de las partes ofreció declaraciones a la prensa.
El encuentro ministerial es continuidad de la primera reunión realizada en Luanda, el 21 de marzo de este año.
Durante aquella ocasión conversaron el viceprimer ministro y titular de Asuntos Exteriores de la RDC, Christophe Lutundula, y el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional de Ruanda, Vincent Biruta, quienes acordaron celebrar una segunda conversación también en esta capital.
Entonces ambas partes coincidieron en la necesidad de un cese de hostilidades y un alto el fuego acompañado de una retirada de las fuerzas.
Igualmente, acordaron que el Gobierno de la RDC presentaría un plan y un calendario para la neutralización de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), por lo que el Gobierno de Ruanda se comprometió a revisar su postura en materia de defensa y seguridad.
Kinshasa acusa a Kigali de brindar apoyo a los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23), que mantiene ocupadas varias ciudades y comunas en el este de la RDC; en tanto Kigali sostiene que el gobierno congoleño da respaldo a las FDLR.
Recientemente un informe de expertos de Naciones Unidas confirmó la participación de militares ruandeses en el conflicto, además de la cooperación tecnológica y de inteligencia.
Desde el 5 de julio está vigente una tregua humanitaria propiciada por Estados Unidos, la cual fue extendida hasta el 3 de agosto, si bien ambas partes se acusan mutuamente de violarla.
Angola interviene en el proceso en calidad de mediador.
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