Por Fausto Triana, enviado especial
Para llegar a la cúspide, tuvieron que afrontar numerosos momentos de amargura, entre lesiones, bajón físico, rendimiento insuficiente o hasta detalles relacionados con un sorteo o dictámenes arbitrales.
Kristel Köbrich tiene 38 años y no quiere abandonar su pasión por las piscinas. Acaba de completar su sexta participación en Juegos Olímpicos, con un decimocuarto lugar en las eliminatorias de los 1,500 metros libres, lejos de sus mejores momentos.
Le faltan los 800 libres el próximo sábado, aunque ya habla de prepararse con más ahínco para Los Angeles. Infatigable, medallista de plata en los 1,500 en los Panamericanos de Santiago el pasado año, la ahora abanderada en Paris 2024.
Del retiro, ni hablar, quiere extender su leyenda en las piletas hasta los Juegos de Los Angeles 2028.
«Tengo sensaciones encontradas. El tiempo no es el que buscábamos pero son unos sextos Juegos Olímpicos, tengo que dimensionarlo y valorarlo. Nosotros buscamos estar todavía en el nivel alto y hoy nos quedamos un poco atrás. La historia queda grabada pero las sensaciones y el trabajo que hay detrás no se escriben”, dijo entre la decepción y el lamento, sin olvidar su eterna energía positiva.
De estas glorias del deporte mundial, París todavía siente nostalgia por Nadal, que fue eliminado en individuales por el serbio Novak Djokovic. El español es un coleccionista de trofeos en el Roland Garros, tan querido como para que el Comité Organizador lo situara entre los últimos portadoras de la antorcha olímpica antes del encendido del pebetero.
Con el talentoso Carlos Alcaraz acaricia la idea de una presea en dobles, pero sus admiradores en Francia y en el mundo, no nos acostumbramos a la idea de no volver a verlo en las canchas parisinas de tierra batida.
Quien sabe si persiste en el empeño. El adiós al deporte activo siempre tiene un precio muy alto. Hacerlo en plena forma es la excepción de la regla, como hiciera recientemente el futbolista alemán Toni Kroos.
Despedirse es complicado. Queda la gloria y el deseo de que las hazañas no vayan a parar al baúl de los olvidados. Habrá tiempo en París 2024 para volver sobre el tema. Por ahora, disfrutemos a Kobrich, Nadal y muchos otros.
ale/ft