Un llamamiento del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) eleva la alerta por el impacto de estos fenómenos meteorológicos erráticos, agravados por el cambio climático, en las poblaciones más jóvenes del área.
La directora regional de la agencia para Asia Meridional, Sanjay Wijesekera, consideró preocupante los pronósticos de precipitaciones más intensas en las próximas semanas, que podrían poner en mayor peligro a los menores.
Las inundaciones representan una amenaza para los niños más allá de la muerte y las lesiones al contaminar también los suministros de agua potable, dijo la funcionaria.
A la par, aumentan el riesgo de enfermedades y brotes de diarrea que, si no se tratan, pueden provocar deshidratación y desnutrición entre la población infantil.
Los niños afectados por inundaciones frecuentes a lo largo del tiempo también tienen más probabilidades de tener bajo peso y retraso del crecimiento, alertó Wijesekera.
Junto a los efectos sobre la salud, las inundaciones dañan las instalaciones sanitarias, destruyen escuelas y carreteras e interrumpen la educación de los niños, poniéndolos en riesgo de abuso, explotación y trata.
Afganistán, Bangladesh, India y Pakistán se encuentran entre los países donde los menores corren un riesgo elevado de sufrir los impactos de la crisis climática, de acuerdo con el Índice de Riesgo Climático Infantil de la Unicef.
Las recientes lluvias torrenciales, inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra cobraron al menos 109 vidas en Nepal y 58 en Afganistán.
En medio de la alarma generada, el Fondo responde a la emergencia con la entrega de mosquiteros, lonas para refugios temporales, baldes, tazas y otros artículos esenciales.
La agencia de Naciones Unidas para la Infancia anunció además la reciente solicitud de 9,3 millones de dólares a la comunidad internacional para apoyar la preparación ante emergencias y fortalecer los programas de resiliencia climática para los niños de Asia del Sur.
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