De acuerdo con la representación gubernamental en la Mesa de Diálogos, esto responde a las solicitudes de instituciones y numerosas organizaciones y movimientos lo que, según argumentó, constituye un ejemplo de la voluntad de esas entidades de mantener las conversaciones con el ELN.
Estos pronunciamientos, alegó la delegación, representan el clamor de la sociedad colombiana para que cese la violencia y su voz en favor de la construcción de paz.
“Hemos escuchado el llamado desde los territorios y desde muy diversos ámbitos de la sociedad para que reanudemos nuestros diálogos y renovemos el Cese al Fuego Bilateral, Nacional y Temporal –CFBNT, y haremos todos los esfuerzos necesarios para que esto ocurra”, apuntó la comunicación.
Entendemos, añadió el texto, que estos pronunciamientos son una manifestación de la participación de la sociedad en este camino, en la cual hemos logrado importantes avances en el proceso de paz, como la reciente firma del Acuerdo 28 con la que cumplimos el primer punto de la Agenda de Diálogos, y que ahora requiere nuevos desarrollos.
Compartimos el clamor de la sociedad colombiana que nos exige estar a la altura de este tiempo histórico, reafirmamos nuestro compromiso de buscar la protección de la población civil e insistir en el camino de la paz, remarcó además el comunicado.
Uno de los llamados a los que alude la delegación fue divulgado durante la víspera por la Conferencia Episcopal de Colombia, que instó a continuar los esfuerzos de construcción de paz. El llamamiento de la Iglesia Católica, una de las instituciones que acompaña los diálogos entre el Gobierno y el ELN se difundió en un momento de tensión entre las partes negociadoras.
A escasos días de que culmine el plazo estipulado para el cese al fuego, lo que ocurrirá el venidero 3 de agosto, la mesa de conversaciones está congelada y cada una de las partes ha realizado imputaciones a la otra de no cumplir con los compromisos hasta ahora acordados.
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